Es una serie de retratos monocromáticos que sobrepasan el límite inamovible del arte, al ser dotados de cualidades anímicas. Los retratos de esta colección capturan instantes, miradas y gestos que Karla de Lara ha podido apreciar y llevar a los márgenes del arte.

Un lenguaje visual que habla de mi y de quien soy, de lo que siento y lo que me impulsa.

