KARLA DE LARA, "Un lenguaje, muchos lenguajes." Una voluntad volcánica experimental lleva a Karla De Lara a profundizar los temas estilísticos que armonizan las presencias pasadas con las necesidades actuales fructíferamente. Belleza y expresividad, espiritualidad y materia, De Lara no se limita a retratar lo que la rodea, escava más allá de la superficie de las cosas. Entre el pop y el expresionismo abstracto, el dialecto pictórico de Karla De Lara realza el legado de las experiencias artísticas del siglo XX. La artista mexicana triunfa con maestría compositiva en su intención de comunicar. A través de un timbre versátil e imaginativo, De Lara propone revaloraciones cromáticas del elemento figurativo. Lo suyo es una hábil reelaboración de diversas piezas estilísticas fundidas en ensamblajes interpretativos. El resultado es una poderosa manifestación visual, propuesta con colores brillantes y contrastantes. De Lara conoce el valor de la imagen, el poder expresivo oculto en ella. Una gran intérprete que abarca desde el camino de la figuración hasta el extremismo del objeto real. Desde el corte fotográfico hasta el virtuosismo tonal de algunas obras en las que la realidad se distorsiona positivamente. Un lenguaje, muchos lenguajes. De Lara deja al descubierto pensamientos y almas, revela un mundo interior que no puede ser otro que la proyección de su generosa alma artística. En las obras del artista no hay lugar para la indecisión, donde su rasgo transforma la energía en un movimiento pictórico denso, a través de un dominio seguro de la técnica. Su trazo es incisivo, destacando un flujo emocional ininterrumpido. El observador es capaz de percibir el mundo filtrado por la mirada del artista, penetrar en su subjetividad, siguiendo el camino de las sensaciones que eclipsan la delicada alternancia de las texturas de los significados, y que solo un alquimista del color puede ver de inmediato. / Sandro Serradifalco / Curador.