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Testimoniales

Salvatore Russo

Curador, Italia

La artista mexicana Karla de Lara nos lleva a los rincones de la tierra. A través de un realismo pictórico, cuenta con entusiasmo sus historias. Karla va mucho más allá del hiperrealismo, la pureza de la línea y la perfección de los signos. La artista, sin ningún temor, se vuelve hacia el observador, proyectando sobre el lienzo el mundo que observa en tácito silencio.

ARTISTI 2019'

ANNUARIO INTERNAZIONALE D´ARTE CONTEMPORANEA,ITALIA'

KARLA DE LARA: Está firmemente convencida de usar el arte para expresar su realidad, sus emociones, encuentros y experiencias. Es una artista mexicana ansiosa por explorar continuamente mundos inexplorados sin límites estilísticos o limitaciones técnicas. En otras palabras, está libre de restricciones creativas. Su personalidad a menudo hace contraste con los convencionalismos. Adaptó y reformuló sus técnicas para expresar mejor sus ideales y las realidades de la vida de todos los días. Ella es reconocida hoy como la madre del pop-art hiperrealista. Los temas que expresa dentro de esta jerarquía son versiones exageradas de híper pop inspiradas en la industria del entretenimiento e infundidas con referencias a la imaginación colectiva que las distingue en un mundo que fusiona el realismo sin doblarse hasta sus límites.

Sandro Serradifalco

Curador, Italia

Un lenguaje, muchos lenguajes.

 

El dialecto pictórico de Karla De Lara realza el legado de las experiencias artísticas del siglo XX, conoce el valor de la imagen, el poder expresivo oculto en ella, deja al descubierto pensamientos y almas, revela un mundo interior que no puede ser otro que la proyección de su generosa alma artística. En sus obras no hay lugar para la indecisión, donde su rasgo transforma la energía en un movimiento pictórico denso, a través de un dominio seguro de la técnica.

Su trazo es incisivo, destacando un flujo emocional ininterrumpido.

El observador es capaz de percibir el mundo filtrado por la mirada del artista, penetrar en su subjetividad, siguiendo el camino de las sensaciones que eclipsan la delicada alternancia de las texturas de los significados, y que solo un alquimista del color puede ver de inmediato.

Lucas Marín

Comisario de Arte Contemporáneo, España

A veces creemos que conocemos el Arte o que sabemos del mundo, sin embargo, hay esqueletos ocultos en ambos, hay bisagras, espacios cóncavos, extraños mecanismos.

Karla de Lara nos permite vislumbrar las tensiones que se dan en sus universos de luz, de color, de profundidad. Pinta siluetas, edificios, ciudades, mensajes ocultos a simple vista, símbolos de multiculturalidad, señales de que su corazón deambula entre mundos ficticios y reales.

Como ella misma dice, “recortando momentos de su contexto temporal”, sus obras están formadas generalmente por la suma situaciones, de elementos descontextualizados de su dinámica original, donde sintetiza la operatoria de la poesía: dos mundos encontrados, en el cruce de dos palabras de naturaleza diferente en un poema.

Estos mecanismos, trabajados desde una gran introspección, crean una lógica interna, un universo con leyes propias; las formas se ensamblan, se atraviesan o se sostienen mutuamente.

Salvador Rueda Smithers

Director del Museo Nacional de Historia / Castillo de Chapultepec, Ciudad de México

Seguramente una de las más evidentes cualidades de Karla de Lara es su transparencia. Para quienes miramos desde lejos a la artista y sus obras, imaginamos fácilmente el proceso de su pensamiento.

Lo notamos en el movimiento rítmico de sus dedos, que producen música en el juego de los colores, que entretejen con soltura líneas y difuminados con la energía de un concierto de piano. El suyo es pensamiento que fluye entre las manos, en corriente que deja formas y escrituras sobre acrílicos y telas.

Catia Monacelli

Atravesada por una fuerte vena de expresión está toda la obra de Karla de Lara, de la que emerge un mundo único, poblado por una humanidad personal, sensible, frágil y equilibrada. De Lara siempre ha tenido una mirada de extrema sensibilidad, sin filtros, entre los pliegues de la existencia, donde el abismo está a la vuelta de la esquina, pero igual de fuerte es la resiliencia, la voluntad de vivir de sus figuras que emergen en todo terreno, conquistando todo el espacio del lienzo.

Los viajes por el mundo, el encuentro con otros pueblos y la pasión por la fotografía, se encuentran en la sedimentación pictórica de un instinto por la materia que transpira en su relato iconográfico, convirtiéndose en una superficie de color y piel unidos, un límite insuperable para la artista y para el espectador, como el telón de fondo de un teatro. No es tan fácil sumergirse en su universo sin amarla y acercarse más y más a su emociones, posee una personalidad demasiado fuerte para ser ignorada, sumamente interesante para ser investigada a fondo. El tema de humanidad, el amor, el deseo y el desprendimiento, así como lo oculto y lo prohibido, persiste en sus obras, tomadas para escenificar mundos fantásticos que narran el mundo interior del hombre.

En Karla de Lara no faltan los llamados a despertar: una sociedad que muchas veces excluye y margina a los diferentes, a los que no se conforman, ya sea por elección o por destino, pero también hay lugar para la pasión, la dulzura y el amor, la paz, el ardor de los sueños que se pueden hacer realidad, donde una mezcla sagrada y profana, espiritual y terrenal conviven.

Hay un profundo conocimiento del arte en general a lo largo de su trayectoria y una gran capacidad de experimentación. En las líneas y volúmenes domina con fuerza la influencia de los impresionistas, para Karla de Lara un punto de partida sólido pero también un destino: un eco, una llamada en la noche, un vestido que se hace carne, pensamiento, reflejo, sueño, drama y que transforma con vehemencia su arte y sus protagonistas.

Salvatore Russo

Curador, Salvatore Russo, Italia

Está firmemente convencida de usar el arte para expresar su realidad, sus emociones, encuentros y experiencias. Es una artista mexicana ansiosa por explorar continuamente mundos inexplorados sin límites estilísticos o limitaciones técnicas. En otras palabras, está libre de restricciones creativas. Su personalidad a menudo hace contraste con los convencionalismos. Adaptó y reformuló sus técnicas para expresar mejor sus ideales y las realidades de la vida de todos los días. Ella es reconocida hoy como la madre del pop-art hiperrealista. Los temas que expresa dentro de esta jerarquía son versiones exageradas de híper pop inspiradas en la industria del entretenimiento e infundidas con referencias a la imaginación colectiva que las distingue en un mundo que fusiona el realismo sin doblarse hasta sus límites.

Vittorio Sgarbi

“La cálida humanidad de Karla de Lara”

Karla de Lara realiza un trabajo similar al del intérprete, transponiendo el lenguaje del arte al lenguaje actual, convirtiendo las intenciones expresivas en discursos consumados que la artista realiza con propiedades inigualables, capaz de inventar cualquier genero artístico desde cero, es capaz de captar, trasponer y respetar sus universos internos en el lienzo, haciendo que el mundo entero pueda comprender, la poesía, el amor, el deseo incluso la complejidad de la trascendencia humana.

Su arte no es solo lo que puedes ver, es también lo que te hace sentir, lo que puedes decir sobre lo que comunica, es el conjunto de dos comunicaciones que establecen un plan de continuidad entre quienes crean la obra de arte y quienes la observan. En definitiva, De Lara respeta el lenguaje de la disciplina artística y el verbal, su obra no se agota solo en sí misma, sino en lo que se piensa, se dice o se escribe sobre ella, de ahí su valor a la alza.

Hay mucho que decir sobre la obra de Karla de Lara, sobre su belleza poética e intrínseca, lo que conduce inevitablemente a una metáfora capaz de transmitir con gran intensidad las dudas que siempre se han apoderado del hombre. Retratos de mentes solitarias se alternan con pinturas en las que emerge la complejidad del grupo humano, de la urbe como en una Babel donde la comprensión parece perdida para siempre. Un sentimiento de pequeñez frente a la humanidad, que nos envuelve de misterio, como el recuerdo de un sueño que se materializa ante nuestros ojos, dejando congeladas y casi inmóviles las imágenes que surgen de su interior.

Karla de Lara en su creación artística lo ha intentado todo, experimentando sin descanso con su fuerza creativa. Leyendas, mitos, arquetipos se convierten para ella en los compañeros de un viaje sin escalas, para descubrir nuevas tierras y fronteras que superar. Es en los colores vivos y poderosos, esparcidos sobre sus lienzos, donde su obra se completa, envolviendo al espectador con cálida humanidad.

Salvatore Russo

Curador, Italia

Artistas 2020

La artista mexicana Karla de Lara nos lleva a los rincones de la tierra. A través de un realismo pictórico, cuenta con entusiasmo sus historias. Karla va mucho más allá del hiperrealismo, la pureza de la línea y la perfección de los signos. La artista, sin ningún temor, se vuelve hacia el observador, proyectando sobre el lienzo el mundo que observa en tácito silencio.

Lucas Marín

Comisario de Arte Contemporáneo

A veces creemos que conocemos el Arte o que sabemos del mundo, sin embargo, hay esqueletos ocultos en ambos, hay bisagras, espacios cóncavos, extraños mecanismos.

Karla de Lara nos permite vislumbrar las tensiones que se dan en sus universos de luz, de color, de profundidad. Pinta siluetas, edificios, ciudades, mensajes ocultos a simple vista, símbolos de multiculturalidad, señales de que su corazón deambula entre mundos ficticios y reales, por todos lo confines del planeta, anuncios y arte sin tiempo, flotando con la misma importancia que imágenes icónicas de la cultura que la sitúan en un espacio en tiempo, donde refleja la realidad que esta viviendo. Uno se pregunta si hay algún secreto o discurso la motive a articular estas imágenes.

Estos íconos nos muestran los engranajes de una realidad polarizada, de la claridad del día y las sombras de la noche, donde se proyectan cuerpos ausentes en las encandiladas luces, de las ciudades que no saben dormir, que no saben callar.

Las colecciones de Karla de Lara son de una gran delicadeza, con líneas fueres y a la vez sutiles va construyendo momentos que parecen detenidos en el tiempo. Como ella misma dice, “recortando momentos de su contexto temporal”, sus obras están formadas generalmente por la suma situaciones, de elementos descontextualizados de su dinámica original, donde sintetiza la operatoria de la poesía: dos mundos encontrados, en el cruce de dos palabras de naturaleza diferente en un poema.

Estos mecanismos, trabajados desde una gran introspección, crean una lógica interna, un universo con leyes propias; las formas se ensamblan, se atraviesan o se sostienen mutuamente.

Las obras de Karla de Lara ponen al desnudo los oscuros engranajes de la sociedad, de la humanidad, del cuerpo y el alma, del tiempo y el infinito abismo que nos consume.

De Lara como un poeta construye una maquinaria propia, hilvana en los intersticios.

La sombra tiene un mecanismo a descubrir. La sombra del mundo y la que llevamos en nosotros.

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Karla de Lara

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